domingo, 27 de mayo de 2012

Sobrevivir a una boda, IIIª parte

Había empezado a preparar el papeleo en abril, y me habían dado fecha de boda en noviembre. En un mes había conseguido restaurante y vestido. No llevaba mal ritmo, así que diciembre me lo tomé sabático. Lo único que hice fue comprar una chaqueta blanca que vi en un escaparate, de imitación de piel, la llevé el día de la boda (que nos hizo fresco), y fue todo un éxito, combinada fenomenal con el vestido, y mucha gente pensó que era auténtica.

En enero empecé a pensar en las invitaciones. Mi objetivo principal era no gastar mucho dinero en nada, que no está la economía para muchos dispendios, así que diseñé yo con el ordenador un tarjetón clásico, pero a mi manera, lo transformé en PDF y pensé en mandarlo por correo electrónico.

A mis padres casi les da un infarto.

No sé que tiene de malo enviar las invitaciones por correo electrónico, pero el caso es que mis padres pusieron el grito en el cielo. Que si dónde se había visto eso, que como las iban a dar a la gente mayor... en fin, que me acabé yendo a una imprenta con mi diseño en un usb, y ya que estaba allí encargue a juego unas tarjetas de agradecimiento por ir a la boda un jueves, y las tarjetas con nuestros nombres y la fecha para los regalos.

Los regalos. Esa fue mi siguiente parada. ¿Qué das? ¿por dónde empiezas a mirar? le pregunté a una compañera de trabajo que se había casado hacía unos meses, y me dió unas cuantas direcciones de Webs de boda. Por internet se pueden ver millones de cosas, pero la mayoría son una horterada importante. Al parecer el regalo estrella son las toallas con forma de pastel ¿? me dan eso a mi en una boda, y me estoy pitorreando de los novios un mes. También ofrecen un sin fin de regalos de esos que no sirven para nada, y ni siquiera para hacer bonito, y que invariablemente acaban en la basura, al menos en mi caso, sé que hay gente que los guardan de recuerdo, pero a mi si no me gustan, los tiro.

El caso es que me negaba a gastarme el dinero en algo que luego la gente dejara en un rincón, o tirara a la basura. La misma compañera que me había dado las direcciones de internet, había dado en su boda un pack de regalo de La Chinata, con champú, gel, jabón, y crema de aceite de oliva, me pareció una idea genial. Algo así quería dar yo.

Tras varias semanas haciendo un auténtico estudio de mercado por internet, acerca de los regalos de boda (que por cierto, descubro que el término correcto es obsequios de boda, y no regalitos, como dice todo hijo de vecino), tengo muy claro lo que no quiero dar, pero sigo sin encontrar mi regalo. Tengo que reconocer que la que más ideas me dio fue Cosas de boda, www.cosasdeboda.com, tienen un catálogo muy amplio. Me gustaban varias cosas, pero comprar por internet sin ver antes, no me terminaba de convencer, así que fui a varias tiendas. Lo que si que compré en esa Web, fueron los regalos para los niños, unos imanes de madera con formas de animales, que vienen con unas pinturas para los niños los coloreen,  http://www.cosasdeboda.com/cajita-imanes-madera-para-pintar-p-1894.html,  fueron todo un exitazo entre los pequeñajos.

Como quería ver, me fui a varias tiendas de regalos. Un consejo, huir de todas las tiendas que lleven el apellido "de boda", no solo son más caras, y pretenden cobrarte una pasta por cosas que no lo valen, sino que además confirmas que son una auténtica horterada, de mala calidad. Así que se ocurrió ir a Lunas de boda, a ver si también tenían obsequios. Y así fue, me enseñaron un catálogo, que tenía las mismas cosas que había visto por internet, pero más caras, pero me dieron una buena idea, me dijeron que se estaban empezando a dar en las bodas pulseras. Voilá.

Ahora, ¿dónde compro las pulseras? desde luego en una tienda de regalos de novia, no. Otra compañera me enseñó un broche que se acababa de comprar, era muy bonito, y lo mejor el precio, me dió la dirección y allí fui. La tienda es Libélula complementos, tienen tres tiendas en Madrid, en la Moraleja Green, en el ABC Serrano, y La Gavia. Tienen cosas realmente bonitas, y a un precio estupendo (el precio es algo que determinó la mayoría de las cosas de mi boda), elegí una pulsera, y al comprar más de 100 unidades, me las dejaron a menos de la mitad. El problema fue que a dos meses de la boda me llamaron para decirme que tenían la mercancía retenida en la aduana (lo traen todo de México), y que no sabían cuando iban a poder disponer de ella. Así que me fui corriendo a la tienda a elegir otras que tenían en stock, al final di 6 pulseras diferentes, a la mayoría de la gente les gustaron mucho :D

Me dieron las pulseras en una bolsita de organza azul (elegí el color de las bolsas, a juego con el color de la tinta de las invitaciones, y tarjetas de agradecimiento, y tarjetas con nuestros nombre para los regalos). Me pasé un fin de semana poniendo las tarjetas en el cordón de las bolsitas.

La web, www.tiendaelcarro.es, me dio ideas para los regalos de los hombres, licores. Sin embargo, la mayoría de las botellas que venden para bodas son súper pequeñas y de marcas desconocidas, así que mi padre me remitió a una tienda de licores que hay en la calle Echegaray, y allí tenían las miniaturas de orujo de Ruavieja, a muy buen precio. Ya yenía el regalo para los hombres. Como estaban tan bien de precio, di dos miniaturas, una de crema de orujo y otra de orujo de hierbas. Me las dieron en cajas, así que para envolverlas me fui a la Unión Bolsera en la Plaza de Tirso de Molina, donde me vendieron unas bolsas transparentes, y me mandaron una tienda de la misma plaza, donde venden lazos (si, una tienda sólo de lazos), allí me atendió un chico con rastas, lleno de tatuajes. Decidí confiar en el hecho de que si le tenían ahí era por algo, y me dejé asesorar. Me vendió una preciosa rafia azul (tenía que hacer juego, jajaja), con la que rematé las bolsitas con las botellas de orujo.

De los puros se encargó mi padre. Una cosa menos.

A un mes de la boda, decidí dar alfileres de novia. De perdidos al río. Para todos aquellos que lean ésto, y no sean de Madrid, decirles que los alfileres de novia es una tradición que consiste, en que la novia da alfileres a las mujeres el día de la boda, las casadas se los ponen derechos, y las solteras hacia abajo, la soltera que los pierda, es que se casa. Los compré en www.noviasyalfileres.com.

Prendí los alfileres en las bolsas de organza de las pulseras para no repartir dos veces. Y luego pensé que no apetecía repartir, que era un lío, así que el día antes de la boda me fui con mi madre y una de mis tías al restaurante y junto con las tarjetas de agradecimiento, puso los regalos sobre los platos. Así cuando entraron los invitados, y se sentaron ya los tenían. También puse en los baños unas cestas con cosas de aseo (cepillos de dientes, enjuague bucal, colonia, desodorante, crema de manos, tiritas, pañuelos de papel, vaselina, compresas...) eso fue algo por lo que discutí con mi marido, porque decía que no lo iba a coger nadie, e íbamos a tener cepillos de dientes hasta el día de nuestra jubilación, pero lo cierto es que fue un gran éxito, y lo único que recuperé al final de la boda fueron las cestas, y tres sobres de enjuague bucal, literalmente lo arrasaron. Fue un detalle que la gente me ha dicho que les gustó mucho.

¿Qué me quedaba por comprar? la ropa interior. Eso fue muy fácil, fue a Etam, y en una hora tenía sujetador, culotte, y camisón. Las medias las compré en Pronovias, porque no es fácil encontrar medias blancas, y las color visón chirriaban un poco. La liga... la liga, pero que caras son, si ni siquiera se ven, así que compré una blanca sin más por 6 €, un lazo azul en Pontejos que le cosí  (para los de fuera de Madrid, es una mercería enorme que hay por Sol), y listo.

El ramo lo compré en Bourguignon, me enseñaron un catálogo y lo tuve claro, calas blancas. Además, te lo llevan a casa.

Los zapatos, fueron de Di Dom en Goya, fue llegar, verlos y comprar. Tienen tantos que es dificil no encontrar lo que buscas exactamente.

Sólo me quedaba la peluquería y el maquillaje. Me fui a mi peluquería de siempre, me hicieron varias pruebas, y al final elegí un moño rematado con trenzas, que completé con una peineta que compré en Lunas de boda, el día de la primera prueba. El maquillaje fue más complicado, no me gustaba ninguno, me hice tres pruebas en tres sitios distintos, al final, me maquilló una amiga, que es maquilladora profesional, y me conoce muy bien. No se lo dije a ella desde el principio, porque era una invitada, y la verdad es que la hacía trabajar, pero insistió mucho, que no la importaba, que lo hacía encantada. Por cierto, su web es www.masquemaquillaje.com

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