jueves, 2 de mayo de 2013

Esta semana otra editorial ha rechazado mi libro. No sé cuantas van ya, dejé de contar cuando sobrepasé las cuarenta.

Estoy cansada, mucho, de que me rechacen.

Sé que no soy la primera, que a muchos autores les han rechazado manuscritos un sin fin de editoriales antes de que alguien se atreviera a apostar por ellos, pero es agotador, tanto que desisto. Y cuando digo que desisto no quiere decir que vaya a dejar de escribir, no, eso nunca. Como diría Gunter Grass, hay que escribir por el mero placer de hacerlo.

Desisto de las editoriales.

Lo anterior no quiere decir que no vaya a lo mejor a enviarlo a alguna más, total el no ya lo tengo asegurado, simplemente voy a dejar de esperar, de confiar.

Tampoco voy a autopublicar, al menos de momento.

Puede que esté llamada a engrosar las filas de aquellos escritores con un cajón lleno de manuscritos inéditos, conozco a unos cuantos, o puede que sea algo tan sencillo como que no valgo para ésto (lo que no me desanimaría a escribir. Como ya he dicho tantas veces en este blog, escribir para mi es como respirar o comer, es una necesidad vital). Sea lo que fuere, a partir de ahora, voy a escribir sin aspiraciones, sin sueños, como un fin, en lugar de como un medio.

Seguro que voy a ser más feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario