miércoles, 10 de agosto de 2011

Tonttenham

Lo que está ocurriendo estos días en el Reino Unido es increible. Lo que empezó como una protesta, ha puesto a todo un país en jaque, y además por un puñado de mocosos.

Las imágenes que nos están llegando son aterradoras, no por la violencia que encierran en si, por desgracia nos llegan imágenes de otros lugares aún peores, sino por el trasfondo que hay en ellas. Un grupo de crios, sin ninguna reivindicación, ni motivo aparente, se dedican a saquear y destrozar comercios, y quemar edificios.

¿Pero dónde se ha visto algo así?

Cuando en 2005, se produjeron los disturbios de Paris, tenían un claro motivo. Protestaban contra la falta de oportunidades, deribada de una pésima integración de la segunda generación de inmigrantes. Sin embargo, los ingleses están destrozando todo a su paso, por el mero hecho de hacerlo.

¿Soy la única a la que le ha venido a la mente La naranja mecánica, y su ultraviolencia?

El primer ministro británico ha achacado a la mala educación el origen del problema. Puede que no vaya muy desencaminado. Todos sabemos que estamos ante una generación de adolescentes malcriados, que creen que el mundo es suyo, y pueden campar por él a su antojo, y si algo les sale mal, como no han sido educados contra la frustración, acaban con conductas violentas.

Ha comenzado a haber casos de adolescentes que pegaban a sus padres. Por no hablar de los famosos ni-nis, y hay que recordar episodios tan bochornosos como el ocurrido en las fiestas de Pozuelo hace un par de años, o los niños que entran a robar en casas ajenas por pura diversión.

Se les ha dado todo, sin exigírseles nada a cambio. Cualquier problema, ahí estarán sus padres para remediarlo, enseñándoseles incluso a denostar a la autoridad. No me extraña que ni estudien, ni trabajen, y luego cuando el hijo de los inmigrantes que ha trabajado duro para labrarse un porvenir aprovechando las oportunidades que da la sociedad, dirán que es que les quitan el trabajo. No sé, creo que alguien debería darles un buen guantazo, que es lo que están pidiendo muchos a gritos.

Pero lo del R.U, va más allá de un puñado de niños consentidos. Son hordas organizadas sembrando el pánico. Además, si todo comenzó como una protesta por una muerte a manos de la policía, ¿qué pretenden conseguir destrozando los comercios de sus pobres vecinos?

Viendo como saquean, da la sensación de que se creen impunes a todo, no solo no tienen ningún reparo ético, sino que además no tienen miedo al castigo, probablemente porque están convencidos de que no lo habrá. Los vecinos de las zonas afectadas, se han lanzado a las calles a patrullar, pero viendo lo que les ha ocurrido a personas que se han enfrentado a ellos, hace falta tener mucho valor.

No habrá que detenerles, juzgarles, y castigarles, de forma que la sociedad les de la bofetada que no les dieron sus padres, sino que las autoridades inglesas deberán actuar de una vez por todas, pensando en las víctimas, y no en los delicuentes como se suele tener por costumbre.

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